viernes, 3 de abril de 2009

Del Invierno y la Primavera





















Del Invierno y la Primavera

Les vi darse la mano...se despedían. Él.. encorvado, con el pelo y la larga barba encanecida. Las profundas arrugas alrededor de los ojos delataban la edad y el cansancio, un cansancio infinito. Ésta vez había estado presente más de lo habitual...Aún así era afable, entendía que tiene que venir y que tiene que irse, su estancia entre nosotros tiene su razón de ser. La miró de nuevo mientras se iba...que guapa era! Realmente debía estar haciéndose mayor porque cada vez le parecía más espectacular... Venía vestida de blanco y rosa, blanco por la flor del cerezo y rosa intenso por la flor del piescal, desde luego nunca le faltaba un toque de verde y menos por estas latitudes.
Ella fué agradable, como siempre, chispeante, coqueta y encantadora...pero apenas mantuvo la atención fijada en él...Su mente ya estaba centrada en renovar, revitalizar, infundir vida y color y algo de calor, apenas, pero algo al menos...
Se volvió a mirarle de nuevo, el paso cansado pero elegante, esta vez se estaba resistiendo a marchar. Le entendía! Se coje amor a la tierra.
Él se dió la vuelta y la sorprendió observándole...ya me voy!, ya me voy! dijo sonriente...y mientras avanzaba ya iba notando los efectos de su cálida presencia. Los árboles yermos y desnudos empezaban a brotar. Los mismos colores que su vestido prendieron la arboleda.
Pero que guapa es...cada año más! murmuraba mientras desaparecía...
Percibió una vez más la admiración que su compañera despertaba al oír los gritos entusiasmados de Elbereth observando los infinitos colores de las flores.